Como un superhéroe dispuesto a plantar cara a todos los males que amenazan al mundo, la industria del cómic se resiente a dejarse ver como un medio infantil o un formato de otra época.

Poco a poco ha ido ganando terreno en España en los últimos años hasta lograr en 2022 su mejor cifra en publicaciones de la última década con 4.563 lanzamientos -563 más que el año pasado- y ventas por valor de 130.000 euros, sobre todo, gracias al auge del manga y del 'boom' de los superhéroes.

Pero igual que una moneda tiene dos caras, una misma página puede presentar dos lecturas. Al incremento del interés del público por el consumo de tebeos en nuestro país le acompaña, precisamente, un descenso en las producciones nacionales, que solo adquirieron el pasado año una representación del 10 % de la cuota total de mercado, según el informe anual de la Asociación Cultural Tebeosfera.

El manga y las producciones americanas de superhéroes han conquistado definitivamente a las viñetas que, como Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón o Superlópez, marcaron la infancia de varias generaciones.

Con poco más de 630 tebeos editados en España con la firma de un autor nacional, la representación patria constituye apenas la mitad de las publicaciones que se editaban hace una década, mientras que las traducciones suponen ya más del 70% del total de la producción de la industria, un tercio de las cuáles se corresponden con el cómic asiático. Sin embargo, esta realidad no implica un panorama desolador para los dibujantes españoles, sino todo lo contrario.

En buenas manos

“Estamos en el mejor momento de la historia para quien quiera dedicarse artísticamente al cómic”. Quién suscribe estas palabras no es un cualquiera... es Salva Espín, uno de los dibujantes oficiales de Marvel Comics desde hace más de quince años, considera que la irrupción de Internet y las herramientas digitales permiten “llegar a todo el mundo” desde la mesa de dibujo, ya sea a través un trabajo tradicional o uno totalmente digital.

En una entrevista a EFE, el ilustrador, internacionalmente conocido por ser uno de los dibujantes de Deadpool, ha contado cómo la digitalización de los procesos artísticos le permite elaborar sus ilustraciones desde el municipio murciano de El Esparragal, sin necesidad de desplazarse a las oficinas de Marvel, en Nueva York, para diseñar sus creaciones sobre el “antihéroe” de Marvel.

Además, Espín ha defendido las múltiples posibilidades que ofrecen los cómics de superhéroes frente a otros medios audiovisuales. Por ejemplo, “una pelea de Hulk siempre va a resultar más auténtica en un cómic que en una película porque el lector acabará dando vida con su imaginación a lo que está leyendo en la página”, ha apostillado el autor murciano antes de animar a “dar caña” a todos aquellos ilustradores que quieran empezar a adentrarse en este universo.

El ilustrador español Salva Espín, uno de los dibujantes internacionales de Marvel Comics desde hace una década. EFE/David Fernández