Semana Santa vs. Inflación
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Semana Santa vs. Inflación
Las procesiones y el clima vencen a la inflación en una Semana Santa de récord.
En el año 325, el Concilio de Nicea convocado por el emperador romano Constantino estableció una fecha para celebrar la pasión, la muerte y resurrección de Jesucristo basándose en tres preceptos: que diese inicio un domingo, que no coincidiera con la Pascua Judía y que tuviera una periodicidad anual. Nacía así la Semana Santa, una de las festividades más celebradas por la cultura cristiana y que encuentra en España uno de los enclaves con mayor arraigo y tradición.
Del 2 al 9 abril -del Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección-, cerca de 29 millones de españoles (dos de cada tres ciudadanos) han asistido a los pasos típicos celebrados en el país, según datos del Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de España, en un año en el que el buen clima, las nulas restricciones derivadas de la pandemia y el misticismo que envuelve las procesiones se han impuesto a una inflación que ha encarecido los precios hasta un 22 % más que el año anterior.
El coste medio por noche en nuestro país se ha situado en los 155 euros, en base a los datos compartidos a EFE por la plataforma de alojamientos eBooking; por comunidades, Galicia, Murcia y Asturias son las más económicas -97,107 y 117 euros respectivamente-, mientras que País Vasco se impone como la más cara (168 euros) seguida por Cataluña (156 euros), Madrid (155 euros) y Andalucía (150 euros).
Una escalada de precios que no ha frenado las ganas de viajar en este periodo vacacional, con datos cercanos al 80 % de ocupación, la Semana Santa ha alcanzado los niveles prepandemia, dando un respiro a una de las industria más resentida desde la crisis sanitaria de 2020.
El origen de la Semana Santa
En el siglo XV cuando surgieron en nuestro país las primeras hermandades y cofradías, gremios que trasladaron a las calles la Pasión de Cristo con una serie de representaciones que sembraron el germen de lo que hoy se conoce como procesiones, cuyo impulso creció con la Contrarreforma del siglo XVI para frenar la reforma protestante de Martín Lutero.
Cinco siglos después, los nazarenos y penitentes, las saetas, el aroma a incienso y los tradicionales pasos recorren cada año gran parte de la geografía española, despertando el fervor y la pasión de los más devotos, pero también de miles de viajeros que se sienten atraídos por una de las grandes fechas para el sector turístico nacional.
La religiosidad en España, con procesiones como la Madrugá de Sevilla, el Cristo de Mena, portado por la Legión en Málaga, el Cristo de Medinaceli en Madrid y la del Jesús Yacente de Zamora ha vuelto a actuar como un reclamo para reactivar la actividad turística, desdelos pueblos más recónditos hasta las grandes capitales, que encuentran cada año en estas fechas su semana grande.
Procesión del Santo Entierro Grande en Sevilla, que se celebra ocasionalmente y no se hacía desde el año 2004. EFE/José Manuel Vidal