Nacida en Vila Nova da Barquinha en una familia de ferroviarios, Carla Filipe cuestiona la permeable relación entre objetos artísticos, cultura popular y activismo; de esta forma, su viaje narrativo comienza con piezas que remiten al universo del ferrocarril y que evocan su infancia.

El archivo experimental de la contemporaneidad y la apropiación de artefactos y documentos permitieron a la artista portuguesa Carla Filipe construir un retrato social de su páis que, simultáneamente, da forma a un autorretrato con el que quiere expresar sus pensamientos sobre el territorio, la memoria o la propia identidad.

Recientemente presentó la exposición  ‘In my own language I am independente’ -En mi propio idioma soy independiente-, que se en el Museo de Arte Contemporáneo de Serralves (Oporto, Portugal), y cuenta con obras de más de dos décadas de trabajo.

Filipe, quien ya ha realizado acciones artísticas en Santiago de Compostela o en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (Madrid), ha querido erigir “una plataforma de creación y análisis única sobre las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales del pasado y del presente, a través de un pensamiento sin fronteras geográficas”.

Los orígenes de Carla Filipe

En las piezas ‘Memorial ao Vagão Fantasma’ (2011) donde retrata un episodio histórico de la huelga de los ferroviarios en 1919, o en ‘As Casas Desejadas’ (2006-2011-2023) que hace referencia a los barrios construidos entre las décadas de 1910 y 1920 para los guardias de los Pasos a Nivel y sus familias, se refleja el constante retorno a sus primeros años de existencia.  

Durante todo el recorrido Filipe mezcla la expresión de la estructura social del Portugal del siglo XX, junto con los viajes que realizó a lo largo de su vida y la visión de otros países.

“La importancia de viajar y deambular por los lugares” que se visita, como se aprecia en ‘Floating experience – graphic landscapes’ (2011), una serie de imágenes inspiradas en el paisaje industrial de la zona de Hackney, en Londres, lugar en el que Filipe vivió durante una residencia artística.

Contrastes

El diálogo constante que se establece entre las distintas obras expuestas enfatiza las reflexiones de la autora sobre los procesos de preservación y degradación de la memoria y el valor de las imágenes y los medios de comunicación en la sociedad contemporánea.

En una suma constante de dualidades, el espectador pasará de asumir los retos que plantea la globalización, la voracidad, la banalización de la información y los riesgos de la desinformación, a una sección más íntima dentro de las series ‘Família’ (2004) y ‘Ser pós-moderno em Portugal’ (2005).

Por último, Carla Filipe deja claro que la realidad cotidiana -familia, amigos, la calle, el propio arte- suponen la materia prima de su inspiración, en un mundo exterior frenético que no da tregua para vivir el mundo interior.