Hoy no es el día del Vesubio, pero lo fue durante mucho tiempo
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Hoy no es el día del Vesubio, pero lo fue durante mucho tiempo
Hasta hace cinco años, todos -incluidos los expertos, habían fijado el 24 de agosto como el día en el que la fuerza del Vesubio arrasó con Pompeya. Sin embargo, una inscripción en carboncillo hallada en 2018 reveló que la erupción del volcán realmente se produjo el 24 de octubre del año 79.
En la región de Campania, en el sur de Italia, Pompeya era una ciudad romana desarrollada y sofisticada que, además contaba con un imponente paisaje coronado por el monte Vesubio. Un volcán pasivo, cerca de la costa de la bahía de Nápoles, que un día despertó con toda su furia y durante dos días, aproximadamente, no paró de expulsar lava, rocas y humo hasta sepultar todo lo que encontraba a su paso.
En ese camino estaban Pompeya, Herculano y Estabia, localidades que, según los registros de la época contaban con una población de entre 15.000 y 20.000 personas. Poco o nada quedó de ellas, dejando para la Historia un lugar al que miles de visitantes acuden cada año asombrados por lo que es capaz de hacer la naturaleza. Como si fuese un decorado de cine, se pueden observar casas, personas y todo tipo de objetos cotidianos enterrados en lava. Metros y metros de ceniza y piedra pómez del Vesubio.
Vesubio, un volcán urbano
A unos nueve kilómetros de Nápoles, este monte tiene un altura máxima de unos 1.200 metros sobre el nivel del mar y forma parte de cadena montañosa de los Apeninos. Su mayor erupción fue la del 24 -en agosto o en octubre según los hallazgos que se consulten- del 79 d. C. y la última fue en 1944, afectando en especial a la ciudad de San Sebastiano que, lógicamente, tuvo que ser reconstruida después de esta tragedia. De esta forma, el Vesubio tiene el honor relativo de ser el único volcán de la Europa continental en entrar en erupción en el siglo XX (otros volcanes se han activado en los últimos años, pero se encuentran situados en islas, como es el caso del volcán de La Palma, en las islas Canarias).
Precisamente, las últimas lenguas de lava siguen visibles, ya que no están cubiertas de vegetación. Numerosos árboles y arbustos pueblan el monte en sus alturas, dejando los viñedos para la falda de la montaña; sin embargo, en su parte más alta, casi en el cono del volcán no ha crecido ninguna vegetación.
De regreso a Pompeya
El pasado mayo, nuevas excavaciones en Pompeya sacaron a la luz dos esqueletos de habitantes que murieron debido al enorme terremoto que acompañó a la erupción. Un hecho que aporta más detalles de lo que fueron los momentos de la erupción, pues la gente de Pompeya no solo murió por los lapilli o pequeños fragmentos de lava, la ceniza y los gases calientes que desprendía el Vesubio, sino también por los derrumbes de la sacudida terrestre.
Y, en un hallazgo mucho más reciente, en el parque arqueológico se encontraron mobiliario y la decoración de una habitación en la villa romana de Civita Giuliana, a unos 600 metros de los muros de la ciudad antigua, cuya disposición permite ayudar a reconstruir la vida de los esclavos en la localidad destruida por la erupción del Vesubio. Los restos de dos camas encontrados en la nueva sala permiten reflexionar sobre la jerarquía precisa dentro de la servidumbre, ya que mientras una de ellas "extremadamente simple y sin colchón", la otra es "de un tipo más cómodo y costoso, conocido en la bibliografía como 'cama con respaldo'”, con huellas de decoración de color rojo. Elementos de una vida cotidiana que un día cambió.
Y así lo expresó el escritor Plinio el Joven, una de las principales referencias sobre el Vesubio:
“Amplias capas de fuego iluminaban muchas partes del Vesubio; su luz y su brillo eran más vívidos por la oscuridad de la noche... era de día en cualquier parte del mundo, pero allí la oscuridad era más oscura y espesa que cualquier otra noche”.
Vista general del Vesubio - EFE /CIRO FUSCO