8 El torneo
No puedes leer más publicaciones este mes sin iniciar sesión.
Para aprovechar al máximo las nuevas funciones, inicia sesión o regístrate haciendo clic a continuación, ¡es gratis!
Inicar sesión
8 El torneo

Contrariamente a las apariencias, mis bisabuelos no se amaban.
Siempre estaban peleando por menudencias, quejándose siempre para evitar comprenderse y sobre todo imaginando trucos sucios para demoler al otro.
Tenían una pasión común por las bromas asesinas, lo cual quizá los acercaba. Éramos los testigos de sus artimañas, que debían ser discretas. Su complicidad en ese ámbito era del orden de lo íntimo y querían sobre todo no exponer sus torneos a los ojos del mundo. La regla de la época era: “hacer zalamerías y poner zancadillas”, que subsiste un poco hoy en día.
Mi bisabuelo tuvo la idea del primer ataque ofreciendo a su esposa un gigantesco ramo de flores. A pesar de un fuerte dolor en el brazo izquierdo, bien conocido de su esposo, ella recibió el presente griego con
No puedes leer más publicaciones este mes sin iniciar sesión.
Para aprovechar al máximo las nuevas funciones, inicia sesión o regístrate haciendo clic a continuación, ¡es gratis!
Inicar sesión
Colaborar
Puedes apoyar a tus escritores favoritos

